miércoles, 27 de febrero de 2013

Escritora frustrada.


Me preparo un café, me pongo un pijama, me ato el pelo y me pongo a escribir esa tan esperada novela que siempre quise escribir.
Me siento en la cama, abro un Bloc de Notas -odio el word de mi computadora- y me pongo a escribir. Estaba inspirada, me sentía con todas las letras a mi favor, pero de algún modo u otro la novela siempre terminaba hablando de mi y no del personaje que intentaba crear. Mis ilusiones de escribir se van junto con lo último de mi café.
Ideas vuelan en mi mente, nada de la novela, ideas facultativas y de decoración.
Creo que ser escritora no es algo que pueda lograr.

1 comentario:

Clementina Gala dijo...

Eso siempre pasa, uno no puede desconectarse de sus pobremas a la hora de escribir, los personajes siempre se convierten en vos.